Las prácticas laborales son uno de los principios que rigen y guían la normativa ISO 20400. Este principio trabaja para garantizar unas condiciones de trabajo seguras y justas en toda la organización, por ejemplo, con salarios suficientes y haciendo hincapié en la salud y la seguridad.
Las prácticas laborales reflejan la forma en que las empresas tratan a sus empleados y gestionan sus relaciones con los trabajadores, los proveedores y las comunidades. Veamos con un poco más de detalle la importancia de este punto clave en la organización y gestión de una compañía.
Prácticas Laborales – ISO 20400
En la actualidad, las prácticas laborales no son sólo una cuestión de evitar multas o cumplir las leyes, son fundamentales para construir la reputación de una marca, retener a los mejores talentos e impulsar el éxito.
Estas buenas prácticas laborales incluyen políticas y acciones relacionadas con una remuneración justa, condiciones de trabajo seguras y respeto de los derechos de los empleados.
Profundicemos en algunos conceptos claves:
- Salarios y compensaciones justas. Es fundamental garantizar que los empleados reciban una remuneración equitativa que refleje sus contribuciones. Los salarios justos ayudan a fomentar la lealtad y a reducir la rotación. Recientes estudios confirman que una empresa con empleados comprometidos aumentan casi un 23% el rendimiento.
- Condiciones de trabajo seguras. Otro punto importante es la capacidad de garantizar el cumplimiento de las normas de salud y seguridad es esencial para prevenir accidentes laborales. Proporcionar un entorno seguro también favorece un menor absentismo y aumento de la productividad.
- Derechos de los trabajadores y libertad de asociación. El respeto al derecho de los trabajadores a organizarse y participar en negociaciones colectivas es de obligado cumplimiento. También la continua garantía y seguimiento de que las partes interesadas y colaboradoras no infrinjan en prácticas poco éticas.
- Igualdad de oportunidades y cero discriminación. Promover la diversidad y la inclusión garantiza que todos los empleados tengan las mismas oportunidades. Una política sólida, en este sentido, ayuda a atraer a los mejores talentos y mejora la imagen de marca.
- Formación y desarrollo. Invertir en el desarrollo de los empleados ofreciéndoles oportunidades de mejora de sus competencias aumenta la satisfacción de los empleados y el crecimiento a largo plazo.
Ignorar las prácticas laborales no sólo es malo para los trabajadores, sino que puede ser muy negativo para las empresas.
Las consecuencias pueden adoptar muchas formas, desde sanciones legales hasta daños a la reputación e interrupciones operativas. Las pérdidas económicas van más allá de las multas y los acuerdos, pudiendo provocar interrupciones en la cadena de suministro.
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