No siempre las relaciones con proveedores son satisfactorias

Las relaciones con nuestro proveedor se asemejan a las de pareja, son una carrera de fondo, donde debemos de tener empatía y cuidado hacia nuestra pareja y viceversa, con el fin de solidificar más aún nuestra unión. En ocasiones las cosas no funcionan  y no queda más remedio que romper y volver a empezar de nuevo. Resulta complicado saber cuando cambiar de proveedor, pero puede ser uno de los trabajos más absorbentes y satisfactorios para el departamento de compras.

En el terreno empresarial se dan las condiciones para crear otro tipo de relaciones que requieren de un trabajo y esfuerzo por ambas partes. Si dirigimos el foco al  proceso de compras, la relación con los proveedores va a ser una de nuestra obligaciones, esta relación debe ser lo más óptima posible, velando por mejorar la empatía, la comunicación y el compromiso mutuo. De hecho la Gestión de relaciones con Proveedores (SRM) está siendo un área de trabajo muy importante en las nuevas estrategias de compras.

Como toda relación diversos factores puede ir minando la fortaleza de la misma, el desgate, el tiempo, la falta de comunicación, los malos gestos o la falta de detalles son los más habituales. Como responsables de compras, una de nuestras principales funciones es la de cuidar a  nuestro proveedor, pero también este debe de tener la conducta y el compromiso al mismo nivel que ofrecemos.

Por desgracia, como ocurre en las relaciones personales, en los vínculos comprador – proveedor se suceden determinados síntomas que agrietan la relación mutua empresarial, perjudicando activamente el proceso de compras, por asociación a nuestra cadena de suministro y en los diferentes procesos internos de nuestra empresa.

Cuando esto síntomas comienzan a aparecer, es importante saber reconocerlos para intentar atajarlos, reconducir la relación con el proveedor o si nada cambia tomar la dura decisión de separarse del proveedor.

Este proveedor no me conviene

Aunque a nadie le gusta tener problemas, en todo tipo de relaciones la unión comprador-proveedor no siempre es la que más nos conviene. La relación con nuestros proveedores puede comenzar a deteriorarse con la aparición de ciertos detalles que van limando nuestra confianza, modos y formas que perjudican el rendimiento y efectividad de nuestro negocio.

¿Cuales son los síntomas del declive de nuestra relación con los proveedores? A continuación vamos a desgranar aquello indicios serios que nos proyectan una relación tocada y casi hundida en el proceso de compras:

  • Falta de cooperación. En la rutina diaria empresarial pueden surgir decenas de imprevistos y cuestiones que transforman nuestras estrategias en el proceso de compras. Un buen proveedor debe estar abierto a cooperar, con una actitud flexible capaz de solventar y crear un escenario abierto a soluciones y opciones. Un proveedor hermético y desligado de nuestras cuestiones, demuestra falta de interés y empatía. Saber que no puedes contar con tus proveedores para resolver dificultades, es un síntoma de estar viviendo una relación tóxica con los mismos.
  • Comunicación poco fluida. La comunicación es vital para mantener una relación  productiva con los proveedores. Dentro de la comunicación compartir información es una tarea fundamental, ofrecer datos de nuestra empresa y analizar información relevante sobre nuestro proveedor es un factor muy valioso para futuras compras. La falta de esta comunicación no presagia una relación larga con nuestro proveedor.
  • Renegociación constante del precio. Cuando el valor del importe de las compras, la continua renegociación de precio es un tema que parece prácticamente en cada transacción, es una buena señal para comenzar a pensar si el proveedor está comprometido con nosotros. Si partimos de un contrato base de acuerdo mutuo, variar las condiciones o mostrar cierta tendencia a cambiar precios no demuestra seriedad, para nosotros los compradores es un martilleo constante negativo que no nos aporta nada.
  •  No es lo que te pido. Es cierto que puede haber errores en los envíos de nuestros proveedores, todos cometemos errores y debemos de ser empáticos en este sentido. Cuando los errores relacionados con los envíos son constantes, estamos ante un gran problema. Tamaño, tiempo de entrega, embalajes… las continuas contrariedades referidas a los envíos son signos más que claros de que las cosas no van bien, si no recibimos lo que pedimos existe una falla grave en la forma y fondo de nuestra relación con los proveedores.

¿Te sientes identificado con estos malos síntomas?, por desgracia es posible que estés manteniendo una relación poco recomendable con tu proveedor y es el momento de llevar a cabo una correcta toma de decisiones.

Por lo general todas estas situaciones pueden llegar a ser reconducidas bajo una correcta gestión de la relación con nuestros proveedores, potenciando y fortaleciendo las fisuras de este vínculo comercial.

Pero otras veces, a pesar de los esfuerzos, la relación con nuestro proveedor no varía y no queda más remedio que romper y empezar de cero.

El cambio de proveedor es una decisión estratégica fundamental pues está en juego el proceso productivo de nuestra compañía. De ahí la importancia de reconocer los síntomas de una mala relación con los proveedores.